1.23.2013



Vivimos en un mundo que está obsesionado con el libre albedrío. En total desprecio por la evidencia que apoya la idea de que el libre albedrío no existe, incluso muchos filósofos deciden aferrarse a la esperanza de que somos los dueños de nuestro propio destino, capaces de elegir entre una gran cantidad de opciones, que parece crecer y crecer más cada momento. Teniendo esto en la mente, es irónico que los sociólogos, politólogos y críticos culturales intenten desarrollar teorías que explican las limitaciones impuestas a la gente.

La mayoría de nosotros somos más que conscientes que somos limitados por una variedad de factores. Mientras la publicidad capitalista puede llegar a convencernos que la posibilidad de elegir entre 200 marcas de crema para la piel y cincuenta modelos diferentes de zapatos es la libertad, cualquiera que quisiera estudiar algo que sus compañeros no consideraba "normal", implementar una política social que los políticos convencionales rechazaron, o una vez suprimió el deseo de caminar por la calle desnudo durante un día soleado, tiene una comprensión de las limitaciones impuestas a su libre albedrío dentro de nuestra sociedad.

Para entender las razones por las que un individuo se enfrenta a una lista de limitaciones, es importante que tengamos en cuenta la relación entre la agencia y la estructura social. Anthony Giddens y Pierre Bourdieu desarrollaron teorías para ayudar nuestra comprensión de esta relación. El habitus de Bourdieu y la teoría de la estructura de Giddens, subrayan el hecho de que la agencia y la estructura no pueden ser concebidos por separado, ya que éstos se refuerzan mutuamente. Giddens afirma que "las estructuras sociales están constituidas por la acción humana, y sin embargo, son el medio de esta constitución". En otras palabras, los seres humanos están constantemente limitados por las estructuras sociales, pero al mismo tiempo son los agentes que crean y reproducen éstas.
Todos estamos atrapados en una prisión de nuestra propia creación.

Este es la sociedad en que vivimos. Estamos construyendo un mundo en el cual tenemos que seguir ciertas normas sociales y mantener las divisiones de clase. Tenemos miles de señales no verbales que puedan ser entendidos por todos. Estas señales y sus prácticas correspondientes se interiorizan y se reproducen de modo que la próxima generación también nace dentro de determinadas estructuras sociales que parecen ser naturales, y de que ni siquiera son concientes. Ellos también harán uso de su libre albedrío-su agencia,
en la reproducción de estas estructuras. Como Bourdieu y Giddens afirmaron, las estructuras sociales no tienen ninguna realidad sin la acción y las prácticas específicas de los seres humanos. Prácticas cotidianas-de trabajo y ocio, el diseño y el uso del espacio, suponen ciertas categorías sociales, como el género, la edad, y la jerarquía social. Entonces todos nos quejamos de no poder abolir las restricciones dadas por nuestro género, edad o clase social, pero no nos consideramos capaces de liberarnos de nuestro habitus. Y así nos mantenemos dentro de esas estructuras estructurantes, en las cuales nos resulta muy cómodo vivir.

Cristina Maza (@CrisLeeMaza)

¿Declive del capital social? Hablemos de transformación
La tesis más conocida de Robert Putnam aparece en su libro del año 2000 Solo en la bolera: colapso y resurgimiento de la comunidad norteamericana, que es el desarrollo de un artículo de 1995, Solo en la bolera: declive del capital social de América. En esencia, parte de la idea que, desde los años sesenta, se ha venido produciendo un descenso del capital social norteamericano. Haciendo uso de una cantidad ingente de material estadístico, ha mostrado como todas las organizaciones tradicionales (centrándose en las ligas de bolos) han perdido miembros, aunque hay cada vez más gente que juega-participa (pero sola). Putnam distingue a su vez entre dos tipos de capital social: El capital vínculo, producto de la socialización entre semejantes; y el capital puente, que se da al interactuar con personas de distinta procedencia, credo o extracción social y con la que, a priori, no se tiene nada en común. Este último sería el más importante para una sociedad multiétnica, pero, en todo caso, ambos están íntimamente relacionados y se retroalimentan mutuamente.

Por supuesto, una tesis así no podía dejar a nadie indiferente y surgieron voces criticando que se centrase básicamente en formas organizadas clásicas de interacción social, obviando las redes interpersonales que un individuo pueda formar, así como dejando de lado nuevos tipos de asociación y movimientos emergentes en internet.

Si bien estoy de acuerdo en la importancia del capital social para producir un cierto compromiso cívico y como indicador de la salud de una comunidad, no comparto la tesis de su declive, sino que debería hablarse de transformación y surgimiento de nuevos modos de creación. Las personas siguen queriendo participar, pero no necesariamente en el seno de una organización. Las generaciones más jóvenes no son necesariamente más apáticas y menos participativas que sus predecesoras, sino que actúan y se expresan por nuevos cauces y huyen de las jerarquías, buscando la horizontalidad total, es decir, un mayor igualitarismo en la sociedad. Las (ya no tan) nuevas tecnologías han evolucionado de tal modo que dan opciones de participación en la vida pública antes impensables. Por otro lado, en tiempos de crisis como el actual, hay una irrupción de todo tipo de plataformas, asociaciones y ciudadanos individuales que quieren ser oidos y aportar algo a la comunidad. El trabajo de Putnam es previo a la explosión del mundo de las redes sociales, que ha dado lugar a nuevos modos de creación de vínculos interpersonales, y al surgimiento de lo que podríamos llamar capital social virtual. Éste supone la posibilidad de crear lazos entre personas muy diferentes que no se conocen físicamente y que difícilmente llegarán a conocerse en persona, pero comparten los mismos intereses e inquietudes. No creo que deba considerarse como un sustituto del capital social clásico, sino como un refuerzo en aquellas áreas que éste no pudiera llenar.
José Luis López Valenciano (@kasugakun)

Pentíada, «ley de hierro» y transparencia como higiene
Se han dedicado innumerables esfuerzos a tratar de averiguar si la díada izquierda-derecha sigue vigente, tal y como se planteó en el siglo XVIII-XIX, o si su contenido es radicalmente diferente. En la escala imaginaria que va de uno al otro extremo, también se ha estudiado el hipotético punto intermedio, el «centro ideológico», que algunos autores consideran vacío, otros un «tercero incluido» o un «tercero incluyente» (Bobbio).
El sociólogo Anthony Giddens formuló un sistema de Tercera Vía para el New Labour británico, tratando de ocupar ese «centro», que Bobbio considera que «se plantea no como una forma de compromiso entre dos extremos, sino como una superación contemporánea del uno y del otro y, por lo tanto, como una simultánea aceptación y supresión de éstos». Así, el italiano considera que la díada persiste, y que se trata más bien de una pentíada (derecha, centro-derecha, centro-centro, centro-izquierda e izquierda).
Sin embargo, ¿qué es ser hoy «de derechas»? ¿Es la izquierda de hoy similar a la de hace setenta años? ¿La derecha austríaca es idéntica a la española? ¿Y la izquierda francesa?
Las ideologías son mucho más dinámicas que los partidos, especialmente en aquellosmpartidos tradicionales que han transitado hasta el «catch all», como el Partido Socialista en España. Tomando como buena la hipótesis de la pervivencia de la «Ley de hierro de la oligarquía» de Michels, es el funcionamiento interno de los partidos el que condiciona la partitocracia, y ésta incide sobre el resto de la Poliarquía. De este modo, a medida que cambia la dinámica social, se agranda la distancia entre la sociedad –que suele ser dinámica per se- y la política de partidos, y como consecuencia de ésta, se produce el alejamiento real entre la sociedad y la política stricto sensu.
Los movimientos sociales como el 15-M en España, dan buenas muestras de que la sociedad se acerca a la política y demanda un cambio de sistema. El sistema es (y debe seguir siendo) el representativo, pero todo es susceptible de mejora. ¿Es la solución el introducir mecanismos de participación en la toma de decisiones? Tal vez el primer paso sea abrir esas decisiones y dotarlas de transparencia, para que la sociedad pueda pedir una rendición de cuentas. Una vez abierto todo el proceso, el paso inevitable (y necesario) será hacer partícipe a todo ciudadano de las tomas de decisiones de los actores políticos, independientemente de la ideología que profesen. Como muestran los inmorales casos de corrupción que siguen descubriéndose en la política española, la transparencia interna en los partidos es un mecanismo de higiene vital para el sostenimiento de la democracia de partidos.
Mientras que la dinámica social no cesa, los partidos mayoritarios tradicionales se anquilosan y surgen partidos orientados a políticas concretas. La sociedad civil ha dado todos los pasos posibles, y el siguiente movimiento corresponde a estos partidos, sometidos a la citada «ley de hierro».
La democracia levanta diques necesarios que, de no adecuarse a las corrientes, terminan por romperse.
Eli Gallardo (@Despegante)

1.21.2013


Desde +Politología nos complace anunciaros la creación de una nueva sección, que hemos titulado «+Papers».


La finalidad de esta nueva sección es clara: dar difusión a vuestros trabajos de investigación, que pueden ser presentaciones, biografías, trabajos académicos, o reseñas de libros que hayáis realizado. Desde +Politología enlazaremos el archivo que previamente hayáis colgado en plataformas de Internet (por ejemplo, en Scribd).

Los pasos a seguir para la publicación de los trabajos son muy sencillos:

1.- Los textos serán de creación propia, es decir, que no infringirán los derechos de autor de un tercero. +Politología no se hará responsable de textos plagiados, ya publicados o que infrinjan derechos de autor.

2.- La licencia que regirá el texto compartido será la que elija el autor, la web en la que se encuentre alojado, o en su defecto, la licencia Creative Commons de +Politología (de cultura libre).

3.- +Politología publicará un máximo de 2 textos por autor y mes, para favorecer la pluralidad y la igualdad de oportunidades. +Politología se compromete a difundir estos textos a través de sus perfiles en las redes sociales, sin ningún tipo de fin comercial.

4.- Los enlaces se enviarán a info@maspolitologia.com, indicando nombre del autor, titulación académica, título del texto y año de publicación/investigación. En el correo electrónico podrá enviarse un Abstract o Resumen del trabajo, de hasta 200 palabras, que se publicará junto a título del texto en la sección «+Papers».

Estamos a tu disposición para resolver cualquier duda.

¡A por +Politología!



1.15.2013


Como habéis podido comprobar en las redes sociales, desde +Politología prestamos atención a las efemérides de los científicos sociales más célebres, relacionados con la Politología.
Este mes de enero se celebra el nacimiento de científicos como Anthony Giddens, Robert Michels o Robert Putnam, así como el fallecimiento de Norberto Bobbio o Pierre Bourdieu. Hemos pensado que el mejor homenaje posible a estos autores es escribir un artículo en el que se tome alguna de sus ideas como referencia, y realizar un breve análisis de la realidad social y política de nuestro entorno. Asimismo, puede tomarse como referencia cualquier otro científico social nacido o fallecido en enero.
Es por ello que os invitamos a que enviéis vuestros artículos entre las 9:00h del día 15 y las 23:59h del 22 de enero, a la dirección de correo info@maspolitologia.com. La extensión máxima será de hasta 500 palabras, sin contar la bibliografía (en el caso que alguno quiera incluirla al final del artículo).
Como siempre, los artículos serán colgados por orden de recepción.

¡Esperamos vuestras aportaciones!

1.10.2013


José Luis López Valenciano (@kasugakun). Existen obras del pasado que siguen en plena vigencia cientos de años después. Una de ellas es “La democracia en América”, de Alexis de Tocqueville. Se trata de un libro clave para comprender la complejidad de la democracia actual y las fuerzas que interactúan dentro de ella. Es mucho más que una mera descripción del funcionamiento de la incipiente y novedosa democracia norteamericana. Las ideas esbozadas en la obra, como la tiranía de la mayoría y la necesidad de una efectiva división de poderes, reforzada por un vigoroso sistema de controles y contrapesos, para mitigar este peligro, siguen siendo actuales.

Jorge Juan Morante (@jjmorante). "Vida Activa" de Hannah Arendt, donde la autora señala que los seres humanos buscan reconocimiento de sus iguales a través de la participación política.

Héctor Jerez (@hecjer) Aunque hay muchos libros que incluiría en la biblioteca de un politólogo,  yo resaltaría la obra de Manuel Castells, “Comunicación y poder”. Cómo funciona el poder y su relación con la sociedad en el marco de un mundo conectado por las tecnologías  y las redes ( no sólo las de Internet) me parece un tema muy interesante para nuestra disciplina.  Aquí podéis encontrar análisis sobre Internet, la política, las campañas, el poder o las relaciones entres  los ciudadanos. Una obra imprescindible.

Josep-Antoni Tripiana (@siddhartha1967) The Wisdom of Crowds”, de James Surowiecki.  Pese a no ser exactamente un libro-manual, este libro resulta muy didáctico y esclarecedor de cómo las decisiones colectivas (importancia del asociacionismo, del pacto, de la unión o colaboración), son mucho más acertadas que las individuales, o las tomadas sin consensos.
"The Wisdom of Crowds" relata muy bien y con empirismo una de las nuevas visiones de la política económica, en este caso la que trabaja estrechamente con la psicología.

Eli Gallardo (@Despegante). El libro “Elementos de Teoría Política”, de Giovanni Sartori, es uno de los más importantes en cualquier biblioteca de Politología. Define conceptos básicos de la Teoría Política, sobre los que se asienta el trabajo del politólogo, y ofrece varias visiones y bibliografía sobre cada uno. Todas estas definiciones constituyen el mejor prólogo a cualquier libro específico sobre esos conceptos.

Pilar Contreras. El político y el científico”, de Max Weber. Lo escogí porque fue de los primeros libros que nos mandaron leer en la facultad,  fundamental para entender el funcionamiento del Estado moderno, la política, las relaciones de poder/dominación… muy interesante y de plena actualidad.
En fin, es muy difícil elegir.  

Javier Luque (@fjluquec) Mi sugerencia es “Coerción, capital y los estados europeos, 990-1990, de Charles Tilly. Creo que es un trabajo de investigación socio-histórica riguroso y completo que, mediante un análisis comparado, ofrece una explicación muy sugerente sobre la formación de los Estados-nación. En este sentido, su publicación supuso un punto de inflexión en el estudio del Estado, pues ofrecía una interpretación alternativa a las tesis marxistas sobre el tema. Con suerte, su lectura convencerá a los ultraliberales de que el Estado no es una importación alienígena, ajena al ser humano. 

Manuel Ángel Juanes Pierna (@PitiCarantigua) Recomiendo una obra de Jürgen Habermas, “La inclusión del otro”. Se trata de una recopilación de ensayos del sociólogo aleman en la cual expone su visión sobre la democracia en las sociedades actuales donde se intensifican las divergencias multiculturales y los efectos de la globalización sobre las soberanías nacionales y las identidades individuales.

José Luis Sola Marín. (@JL_SolaM) Arend Lijphart, “Las democracias contemporáneas: un estudio comparativo”.
Analiza de forma minuciosa grandes conceptos separados en dos dimensiones o variables:
• Variables de la dimensión partido-ejecutivo, que incluye el Sistema de Partidos, Gabinetes (ejecutivo), Relaciones Poder ejecutivo-Poder legislativo, Sistema Electoral y Representación de Intereses.
• Variables de la dimensión federal-unitaria, que contiene la Distribución del poder, el tipo de Parlamento, la Reforma constitucional, el Control constitucional y los Bancos Centrales.
Lo positivo del libro es que cualquier sistema democrático puede ser estudiado a través de las variables y los indicadores expuestos, y los modelos propuestos sirven como ejemplo.


Esther Puntero (@epuntero) “Modelos de Partido” de Panebianco: libro imprescindible para comprender la actividad, el funcionamiento y las transformaciones de los partidos partiendo desde su "núcleo organizativo" y reconocer ante todo, que los partidos son organizaciones y que su análisis organizativo debe siempre preceder a cualquier otro tipo de análisis. Este autor va a avanzar en la teoría clásica con nuevas hipótesis sobre la relación de los partidos y su entorno político y los factores que influyen en sus transformaciones. Obra importantísima si se quiere entender a un partido político.



1.07.2013

Como cualquier otra disciplina, la Politología también tiene sus obras clásicas. Al igual que el resto de Ciencias Sociales, la producción científica deviene un sinfín de publicaciones académicas, de las que solo algunas pasan a ese grupo de obras clásicas.



Desde +Politología nos gustaría saber cuál es la obra fundamental que no puede faltar en la biblioteca de cualquier politólogo. Por supuesto, puede tratarse de un compendio, o de una obra en varios volúmenes, pero debe tratarse de una sola obra.

Por tanto, te invitamos a que nos escribas a info@maspolitologia.com, con el nombre de la obra que consideres básica, y una breve explicación (no más de 100 palabras) de porqué no puede faltar en tu biblioteca. 

Tienes de plazo desde el 7 de enero hasta las 23:59h del miércoles 9 de enero. Colgaremos todas vuestras recomendaciones el día 10 de enero. ¡Esperamos vuestros artículos!

1.03.2013




¿Cuántas veces has escuchado aquello de "si estudias Politología es para ser político"?


Han sido muchos los autores que han tratado de definir qué es Politología, de manera amplia y de manera concreta. En todas ellas la política se trata como un objeto de estudio, y no como el oficio del politólogo. Para ser político no se requiere formación específica; para ser politólogo sí se requiere.

Hoy presentamos varias definiciones no académicas, a las que podemos acudir la próxima vez que alguien confunda el estudio de la política con su ejercicio. Queremos agradecer la participación de los tres politólogos en esta primera entrada, y les damos la enhorabuena por su concisión. Las definiciones se han ordenado por orden de recepción:



¿Qué es Politología?

1.- 
Ciencia que se dedica a estudiar, analizar, interpretar y buscar soluciones a corto, medio y largo plazo para la política en todas sus vertientes, empezando por los canales más típicamente considerados como tales, es decir, la política representativa llevada a cabo por los partidos políticos en los regímenes democráticos (como es bien sabido, la accountability o rendición de cuentas en un régimen no democrático está mucho más limitada). No obstante, la politología no desdeña otras manifestaciones políticas que tienen una importancia capital, y más hoy en día, como son los movimientos sociales de todo tipo o las protestas ciudadanas más o menos organizadas cuyo objetivo es influenciar en unas políticas determinadas o, directamente cambiarlas o suprimirlas.

La politología, en resumidas cuentas, es una herramienta de análisis vital a la hora de entender los comportamientos políticos tanto de los ciudadanos como de sus representantes, con el objetivo así de lograr unos mejores resultados en la gestión de las políticas públicas que afectan a todos.
Salvador Llaudes. Licenciado en Historia Contemporánea, Máster en Democracia y Gobierno. Estudiante de Ciencias Políticas

2.- La politología es una ciencia social, humana, tanto de análisis de hechos sucedidos y qué cambios han provocado, como predictiva (de futuros cambios, necesidades actuales y futuras, como cubrirlas, posibles respuestas), ambas a nivel político, social, económico, cultural, comercial... Es decir, aplicable a todos los ámbitos del hombre, sean de carácter individual o colectivo.
Josep-Antoni Tripiana. Licenciado en Ciencias Políticas.

3.- La politología es el estudio de toda una diversidad de materias que consiguen poder analizar, comprender y buscar soluciones a situaciones que se darán en el futuro. De ella provienen las Ciencias Políticas y todo un universo de conocimiento.
No sólo abarca formarse en temas políticos en sí, que ya es todo un bloque temático dentro de estos estudios, encontramos también economía, derecho, historia, filosofía, estructuras, estadística, antropología y comunicación entre otras, siempre desde diferentes perspectivas donde lo social y lo político tienen un lugar privilegiado.
La política pura, lo que la rodea, lo que le da forma, de donde viene y hacia donde va, es parte de lo que la politología enseña, porque no es sólo la representación de un pueblo de una u otra manera, dando mas o menos derechos y libertades, ni el estudio de las relaciones de poder como exponen en diversos textos, tiene un mayor alcance.
En politología también respondemos a las preguntas de Laswell pero desde otros puntos de vista; El análisis de por qué suceden, a qué son debidas, cuándo, dónde y qué solución se puede dar, son partes intrínsecas que se adquieren al ponerse en contacto con esta ciencia y que dan respuesta a la política desde múltiples vertientes.
Las encuestas y sondeos, el saber que piensa la ciudadanía sobre aspectos que le incumben también conlleva tener conocimientos acerca de politología, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial forman también parte de ella, incluso las relaciones humanas y sociales tienen su hueco y como influyen las relaciones entre países basadas en la negociación y la estrategia.
El saber interpretar el contexto que rodea una situación, similitudes y diferencias entre países en cuanto a su organización interna, procedencia de conflictos nacionales e internacionales, y un largo etcétera encuentran respuesta en esta ciencia.
La demanda de profesionales de la politología, los politólogos, también es muy diversa; desde la función pública, organizaciones internacionales, la economía social, ONGs y entidades privadas  necesitan las competencias que se adquieren con estos estudios.
Porque la politología promueve el conocimiento y análisis de la realidad política y social. Es la madre de la política, aunque muchos consideren que no es necesaria para la realización de sus quehaceres políticos. Politología es mucho mas que política.
Diana Rubio Calero. Politóloga especialista en comunicación política, protocolo y eventos.
@driecel | políticayprotocolo.wordpress.com



4.- La Ciencia Política es una rama académica interdisciplinar, asociada a la historia, la filosofía, la sociología, la economía y el derecho. Su objetivo es el de analizar el conjunto de fenómenos e instituciones políticas mediante la aplicación de las disciplinas anexas (y de los métodos propios) para extraer una imagen holística de la realidad política.
Mediante la aplicación de unos conocimientos teóricos sobre la realidad política a la misma, busca analizar y comprender el significado, las motivaciones y los posibles cambios futuros en los acontecimientos en base a las tendencias observadas.
Busca, por tanto, dar un paso más, desde la simple observancia de fenómenos y realidades políticas, al análisis e interpretación del por qué (dejando el qué, quién, cómo, cuándo y dónde a la disciplina centrada en el noble arte de la información: el periodismo).
Podría definirse, por tanto, como el noble arte de ir más allá de lo informado. De penetrar en la realidad política y de sus instituciones mediante lo métodos proporcionados por la historia, la economía, el derecho, la sociología y la filosofía para, así, extraer respuestas sobre las motivaciones, causalidades y significados. Busca comprender la realidad y, eventualmente, elaborar proyecciones estratégicas de futuro.
Fernando Ntutumu. Estudiante de 3º de Grado de Ciencias Políticas y de la Administración Pública, Universitat de València.

5.- La formación del politólogo no es compartimentada ni limitada a un campo específico, sino que se enseña a analizar las situaciones en conjunto y poner en relación hechos aparentemente inconexos en ocasiones, pero que ayudan a explicar el por qué de algo. Todo el mundo tiene una opinión sobre política, lo que no implica necesariamente saber. La repetición de opiniones comunmente admitidas -léase prejuicios- a modo de mantras del tipo "todos los políticos son unos corruptos" o, al ver el hemiciclo casi vacío, "son unos vagos que no trabajan", no significa que sea verdad. La realidad es siempre compleja y las generalizaciones tienden a ser tan extendidas como injustas. Así pues, el trabajo del politólogo tiene varios frentes principales. Por un lado, explicar de un modo asequible al gran público el funcionamiento real de la política, sus instituciones y actores. Por otro lado, asesorar a políticos e instituciones, pero no sólo sobre el mejor método para llegar al poder, sino también para evitar la repetición de fallos durante el ejercicio del mismo. Ninguna de las dos es tarea fácil porque se choca normalmente con la incomprensión en el primer caso y un franco recelo en el segundo ante "gente que pretende decirme como tengo que actuar en política".
José Luis López Valenciano. Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración, Universidad CEU – Valencia.


1.01.2013



¿Cuántas veces has escuchado aquello de "si estudias Politología es para ser político"?

Han sido muchos los autores que han tratado de definir qué es Politología, de manera amplia y de manera concreta. Ahora tú puedes escribir cómo definirías la Politología, o la(s) Ciencia(s) Política(s). Desde el martes día 1 de enero hasta el miércoles día 2 de enero hasta las 23:59, envía tu definición en 500 palabras o menos, y la publicaremos. 

Junto con tu definición, debes enviarnos tu nombre y estudios finalizados. Si lo deseas, también puedes adjuntar la dirección de tu web/blog, y tu usuario de Twitter. 

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